martes, 10 de noviembre de 2009

¿Propaganda marxista encubierta en los Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña?

Todos los días miles las personas de Barcelona y sus alrededores (Sabadell, Terrassa o Rubí, por poner tres ejemplos) cogen los "ferrocata" para moverse por el área metropolitana de la ciudad condal para ir a sus trabajos o realizar sus gestiones personales. Yo, como ellas, también viajo en los Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña y recientemente he podido observar los siguientes carteles pegados en sus paredes, que me han llamado notablemente a atención, y que si no te fijas pasan por tu vista conaturalizándolos como fueran lo más normal del mundo:

Estos carteles proponen una campaña de no-uso del petróleo como recurso no-renovable y contaminante, en definitiva una campaña verde. Pero si te fijas bien, ¿no te evocan estas imágenes a una campaña de propaganda ideológica de un tiempo no muy lejano? He aquí la solución:


Sí, los carteles que ví en los "ferrocata" me recordaron a la propaganda política del Estado comunista soviético. (Para conocer más sobre el papel que jugó la propaganda soviética pincha aquí). Sin duda, tras el argumento de algunas políticas verdes y de aparente respeto al Medio Ambiente (cosa loable, necesario y excelente per se), se está tratando de volver subliminalmente a aquellos momentos históricos en los que la política estuvo dominada por la ideología marxista-socialista (si es que no nos hemos instalado ya en ella), y cómo bien sabemos la aplicación deformada de las ideas marxianas (como fue el comunismo) conducen a la pérdida de derechos individuales, a la estandarización de las normas morales, a la pérdida de libertad personal..., en definitiva, al totalitarismo y a la imposición encubierta de los "gobernantes" de su "santa" voluntad atrofiada por su cambiante libre albedrío y por su subjetiva fivolidad. Recordemos que el totalitarismo comunista para nada fue defensor del Medio Ambiente. En este caso el diseñador de estos carteles pretende identificar con elementos simbólicos de la ideología marxista con la bondad de la defensa de la Naturaleza. ¡Estemos ojo avizor y no nos dejemos influir por campañas que pretenden sutilmente deformar nuestros criterios con aparentes campañas "buenistas"!


Para terminar, otra foto que a propósito de esto me encontré por las calles de la ciudad condal este verano, a mi me dió que pensar pero ¡juzgar vosotros mismos!:


Aún en Barcelona, a 10 de noviembre de 2009.

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