martes, 18 de septiembre de 2012

Tras el congreso centenario de la muerte de Menéndez Pelayo

El director del programa Claramente Claro  de Popular TV Torrelavega, Gustavo González Monterrubio, me invitó a participar en él para recordar algunos de los momentos de la Historia de nuestra tierruca, y así rescatar de las garras del olvido pasajes de nuestra Historia. Sin olvidar que el conocimiento de la Historia y de las circunstancias que pivotan en torno a ella explican y dan sentido al momento actual en el que hoy vivimos. Así a lo largo de de la pasada temporada 2011/12 tuve el lujo de exponer para la selecta audiencia del programa algunos hitos de nuestra historia regional y de presentar algunos de los personajes que la contruyeron. A lo largo de las próximas semanas, desde estas líneas, presentaré algunas de esas intervenciones.
 
El post de hoy, lo dedicaré a glosar una breve semblanza de don Marcelino Menéndez Pelayo que nos acerque más su figura, que durante este año 2012 conmemora el centenario de su muerte, y que recientemente en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (3-7/9/2012) se ha celebrado un congreso de altísimo nivel intelectual conmemorativo de estudio de la ingente obra del polígrafo santanderino, en el cual he gozado del lujo de participar, y que ha estado dirigido por el presidente de la Real Sociedad Menéndez Pelayo, don Emilio R. Mandado.
 
 
 
Menéndez Pelayo nació y murió en Santander (3/11/1856-19/5/1912). Cultivó multiples disciplinas: Historia de las Ideas, Historia de la Literatura, Filología, Poesía, Historia, Traducción, Filosofía..., erigiéndole como polígrafo.
 
Su padre fue Marcelino Menéndez Pintado, catedrático de Matemáticas en el Instituto Cántabro de Enseñanzas Medias (actual IES Santa Clara), también ejerció como alcalde de Santander entre 1885-1886, y su madre, María Jesús Pelayo, era descendiente de Vega de Carriedo. La familia era de clase media burguesa, honrada, trabajadora y católica; siempre rodeada de un profundo ambiente intelectual, prueba de ello es la familiar amistad de José María Pereda. No podemos dudar que el escritor de Polanco constituiría un modelo con quién el joven Marcelino inició sus primeras lecturas. Su hermano Enrique, se dedicó a la Medicina, pero también dedicó parte de su vida a la escritura.
 
En 1871 inició sus estudios en Filosofía y Letras en la Universidad de Barcelona, adquiriendo como tutor al catedrático de Química José R. Fernández Luanco, aunque durante su periodo barcelonés recibió la notable influencia del Manuel Milá i Fontanals.
 
En 1873 Luanco marchó a Madrid, y tras él se fue también Menéndez Pelayo para continuar sus estudios en su Universidad Central. Sin embargo, sólo permaneció un curso académico en la villa y Corte ya que se encontró con la arbitrariedad del catedrático de Metafísica, Nicolás Salmerón, que le hizo repetir el examen de esta disciplina, al igual que al resto de sus compañeros, sin realizar el obligado primer examen reglamentario. Esto conllevará de fondo la enemistad de Menéndez Pelayo con el Krausismo postkantiano y con los hegelianos en general.
 
Así, en 1874 Menéndez Pelayo se trasladó a la Universidad de Valladolid, donde recibió el decisivo e influyente magisterio de Gumersindo Laverde, quien le condujo hacia posturas más conservadoras. Ese año se licencia en Filosofia y Letras con El examen y juicio de los concilios de Toledo, obteniendo el premio extraordinario con el ejercicio Conceptismo, gongorismo y culteranismo.
 
Al año siguiente, 1875, el joven Marcelino se doctora en Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid con La novela entre los latinos.
 
Gracias a su brillante expediente académico obtiene una ayuda económica de la Diputación Regional y del Ayuntamiento de Santander para ampliar sus estudios. Así durante 1876 y 1877 viajó por las bibliotecas de Portugal, Francia, Bélgica, Italia y Holanda.
 
En 1878, con 22 años, obtiene la cátedra de Historia crítica de la Literatura Española de la Universidad Central de Madrid, ante un tribunal presidido por Juan Valera.
 
Entre 1880 y 1881 publica su primera obra importante -obra de juventud-, a saber: Historia de los Heterodoxos Españoles (8 vol.).
 
En 1881, con 25 años, ingresa en la Real Academia Española (RAE), con el discurso de ingreso: La poesía mística española. En 1882 ingresa en la Real Academia de la Historia (RAHª). Desde 1892 será su Bibliotecario. Y desde un año antes de su muerte, 1911, su Director. En 1895 ingresó en la Real Academia de las las Ciencias Morales y Políticas. Y, finalmente, en 1901, se incorporó a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Alcanzando ser, así, la única persona de su época que perteneció al tiempo a las cuatro Academias.
 
En el ámbito de la vida política señalar que fue diputado en Cortes por Mallorca durante el periodo 1884-1892, y posteriormente senador hasta su muerte por la RAE.
 
En 1888, por encargo de la RAHª, comienza la dirección de la edición de las Obras completas de Lope de Vega. Hecho que le valió a posterior ser nombrado en 1898 director de la Biblioteca Nacional de España.
 
En 1912, tanto él como Benito Pérez Galdós fueron propuestos al Premio Nobel de Literatura.
 
Para concluir, destaquemos algunos títulos de entre sus Obras completas, que actualmente se reunen en la edición nacional del CSIC en 67 volúmentes publicados entre 1940 y 1974, dirigida por M. Artigas, A. González Palencia y R. de Balbín Lucar, y editada por E. Sánchez Reyes:
- Historia de los Heterodoxos Españoles (8 vol.).
- La Ciencia Española (3 vol.).
- Historia de las Ideas Estéticas (6 vol.).
- Los orígenes de la novela (4 vol.).
- Antología de poetas líricos castellanos (10 vol.).
- Estudios y discursos de crítica histórica y literaria (6 vol.).
 
 
En Torrelavega, a 17 de septiembre de 2012.
 
 


No hay comentarios: