viernes, 19 de diciembre de 2014

En el 128 aniversario del nacimiento de Ángel Herrera Oria

Hoy, 19 de diciembre de 2014 he asistido a la celebración en la parroquia de Santa Lucía de Santander una Misa en acción de gracias por el 128º aniversario del nacimiento del siervo de Dios Ángel Herrera Oria, presidida por el consiliario del Centro de Santander de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), don Francisco Sánchez, pbro.
 
Instantánea de Ángel Herrera Oria, director de El Debate.

Al comienzo de la ceremonia litúrgica se dio lectura a una monición de entrada que sintetiza muy fugazmente los méritos biográficos de la vida de este paisano nuestro, que destacó singularmente y que en cierto modo su ejemplo ha de servirnos de estímulo personal:
 
Buenas tardes. Hoy, día 19 de diciembre de 2014 se cumple el 128º aniversario del nacimiento del siervo de Dios Ángel Herrera Oria, a la sazón fundador y primer presidente de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP).
 
Este santanderino –el trece de quince hermanos–, abogado del Estado, ejerció el periodismo durante 22 años como director del diario El Debate, el más importante del primer tercio del siglo XX de España, impulsando a su vez desde su condición de presidente de la ACdP múltiples obras apostólicas, siempre en conformidad con la doctrina social de la Iglesia (La Editorial Católica, varios periódicos regionales, los Sindicatos Agrarios, el partido político Acción Popular, que luego se denominaría la CEDA, el Centro de Estudios Universitarios –el CEU–, los Curso de Verano en el Colegio Cántabro de Santander, el Instituto Social Obrero, etc.).
 
Ordenado presbítero en 1940, comienza su ministerio sacerdotal en esta parroquia de Santa Lucía de Santander, en donde también fue bautizado. Siete años más tarde, en 1947, este mismo templo fue testigo de su ordenación episcopal siendo a su vez nombrado obispo de Málaga. En 1965, el papa Pablo VI lo crea cardenal de la Iglesia, hecho que en el próximo año 2015 se cumplirán 50 años.
 
Así, pues, el Centro de Santander de la ACdP quiere ofrecer esta Misa en acción de gracias por la perennidad del pensamiento y de las obras de Ángel Herrera, con la esperanza de que su causa de camino a los altares, que ya está en Roma, sea lo más rápida posible.
 
No dejen de rezarle ni de pedirle gracias, justamente en estos momentos en que España precisa de hombres como él, con espíritu y capacidad de dirección.
 
Momento de la homilía durante la Misa en acción de gracias por el 128º aniversario del nacimiento de Ángel Herrera Oria
En Santander, a 19 de diciembre de 2014.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Búscanse hombres

Rescato unas palabras de total y rabiosa actualidad para nuestra reflexión y estímulo para la acción:

"Búscanse hombres con espíritu sobrenatural y capacidad de dirección [sic]; es decir, hombres que trabajen por Dios y sólo pensando en la vida futura, pero que lo hagan por el pueblo; que estén cada día sobre la realidad cotidiana, favoreciendo el bien común de la sociedad en que actúan.

Estos hombres, al llamarse públicamente católicos, no excluyen a los demás; antes bien, buscan toda clase de coincidencias y huyen de las discrepancias. El nombre de católicos no lo explotan como un privilegio, sino lo llevan como fuente de obligaciones en cuanto al ejemplo y a la acción".

Corresponde a Fernando Martín Sánchez-Juliá pronunciadas el 14 de junio de 1959 durante su discurso de homenaje al padre Ángel Ayala, SI, fundador de la Asociación Católica de Propagandistas.

¿Te parece éste un camino alentador de compromiso y servicio para con nuestra sociedad?
¿Te ves capaz de continuar este camino?

¡Espero tus comentarios!


Entre Torrelavega y Santoña, a 14 de diciembre de 2014.

domingo, 23 de noviembre de 2014

"Cristo Rey"

Este domingo celebramos la fiesta de Cristo Rey del Universo. Recupero por su actualidad una breve exhortación del Excmo. y Rvdmo. D. José Eguino y Trecu, obispo de Santander (1929-1961), tomada del Boletín Oficial Eclesiástico del Obispado de Santander Año LXX nº 10 (Santander, 19/10/1944), 189-190. Las negritas son mías.
 
"Afortunada fue en verdad la idea de Pío XI, de tan feliz memoria, al ordenar que se celebrara perpetuamente todos los años en el último domingo de octubre [actualmente se celebra el último domingo del Año litúrgico, antes del comienzo del Adviento, que generalmente coincide durante el mes de noviembre], la fiesta de la Realeza de Jesucristo, pues nunca como ahora en la historia fue más necesario recordarla, tanto para humillación de los ensoberbecidos del mundo, como para consuelo de los humillados.
 
Si, Cristo es Rey, y su potestad a la vez dominadora y dulce, se extiende a todo y a todos, así en lo espiritual como en lo temporal, sobre los individuos lo mismo que sobre las familias y los pueblos, y por cierto con grandísima ventaja para todos.
 
Por desgracia no son pocos los que no lo quieren reconocer así, o lo que peor es, que aun reconociéndolo no quieren someterse a sus leyes de paz, de justicia y de amor, repitiendo con palabras y hechos la consigna de los siervos aquellos de la parábola: "No queremos que éste reine sobre nosotros".
 
Así les va a ellos, pues pretendiendo poder vivir mejor de esta suerte la vida material y terrena, se han sumido de hecho en el desorden y en la muerte. Recordando a este respecto Pío XII en su primera encíclica Summi Pontificatus [20/10/1939] el texto evangélico que nos narra como invadieron las tinieblas la tierra cuando fue Jesús crucificado, así veía que sigue repitiéndose lo mismo dondequiera que la incredulidad, ciega y orgullosa de sí ha excluido a Cristo de la vida moderna. Los criterios morales según los cuales en otros tiempos se juzgaban las acciones privadas y públicas, han caído como consecuencia en desuso; y en el tan decantado laicismo de la sociedad ha hecho reaparecer, aun en regiones en que por tantos siglos brillaron los fulgores de la civilización cristiana, las sombras de un paganismo corrompido y corruptor, cada vez más palpables y angustiosas.
 
Hagamos nosotros por el contrario que brille fulgurante en el alma de cada uno, como primer principio para que luego brille en la diócesis entera y en los horizontes todos de la patria, la luz inextinguible de Cristo Rey, guiemos a su resplandor nuestros pasos en lo privado y en lo público, abrasemos nuestro corazón en su ardiente llama de infinita caridad.
 
Para ver de lograrlo aprovechemos ahora la felicísima coyuntura que nos depara su (...) festividad (...). Invitemos a los fieles, singularmente a los que engrosan las filas de la Acción Católica (...), [que] se renueve la consagración al Sagrado Corazón de Jesús con sus letanías y se ruegue al Corazón Inmaculado de María por la paz.
 
Que ambos Sagrados Corazones no la traigan pronto y cumplida, tal como a Ellos les es grata.
 
Os bendice, + José, obispo de Santander".
 
En Santoña, a 23 de noviembre de 2014.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

"Prefiero rabiar en mi patria, que a gusto en el extranjero". Julián Marías y España, una llamada al compromiso

El miércoles día 12 de noviembre de 2014 se celebró la conferencia “España en la vida y obra de Julián Marías, organizada por el Centro de Santander de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) –el único celebrado en Cantabria en homenaje de éste filósofo con motivo del centenario de su nacimiento–, y que fue pronunciada por el catedrático emérito de Derecho Constitucional y exvicerrector de la Universidad San Pablo CEU, Dr. José Peña González, quien repasó los distintos hitos del pensamiento de Julián Marías a propósito de la entidad de nuestra patria.
El salón de actos del Ateneo de Santander, presidido por su vicepresidente Orestes Cendrero, vivió tras la conferencia un animado debate del que disfrutaron las 140 personas que acudieron a esta convocatoria de la ACdP, entre las que se encontraban el delegado diocesano de Apostolado Seglar, el rector magnífico de la Universidad Europea del Atlántico, el comandante naval de Santander, el exeurodiputado Jesús Cabezón, miembros de la Real Sociedad Menéndez Pelayo, la Real Academia de Medicina de Cantabria y el Centro de Estudios Montañeses.
Conferencia sobre Julián Marías y España del Dr. José Peña (a la izquierda), junto con el vicepresidente del Ateneo de Santander (en el centro).
Previa a la participación del ponente tuve ocasión de introducir su intervención con las siguientes palabras:

"Autoridades políticas, académicas, militares. Señoras y Señores. Amigos todos.

El pasado 17 de junio se cumplió el centenario del nacimiento de uno de los gigantes del pensamiento español del siglo XX. Me estoy refiriendo al filósofo Julián Marías Aguilera (1914-2005).

Marías gozó como discípulo aventajado del singular magisterio de otros grandes intelectuales de nuestra historia reciente y que aún debieran resonar en nuestras Universidades: Xabier Zubiri, Manuel García Morente y, el maestro por excelencia, José Ortega y Gasset. Sin duda, Don Julián vivió aquel adaggio de “ser un enano a hombros de gigantes”, aunque en su caso se produjo una magistral evolución, ya que creció de tal manera que llegó a convertirse en uno de ellos.

Su estilo de filosofar se caracterizó por una gran facilidad narrativa, por no renunciar a reflexionar sobre la realidad desde una perspectiva cristiana, lo cual no le cerró el campo de visión sino al contrario le otorgó amplitud de miras, y, también, por su claridad expositiva, amen del consejo orteguiano que ustedes recordarán: “la claridad es la cortesía del filósofo”.

Actualmente, quién piensa que España es un concepto discutido y discutible, cuestiona la entidad de nuestra patria generalmente orientada hacia la crítica. Una actitud ésta que parece pretender formar parte del talante propio del pensamiento español contemporáneo. Aunque pese a quién le pese, lo que España metafísicamente es se ha ido configurando con el paso de los siglos y resulta una misma entidad para todos, ya sean españoles o extranjeros. Esta cuestión se enraíza en lo que académicamente se ha denominado “El problema de las Dos Españas”.

Marías apostó, como nuestro paisano Menéndez Pelayo, por una “España sin problema”, erigiéndose así en un defensor del “desacomplejamiento histórico” de España, tal y cómo él enseña, es decir, nos propone que exorcicemos los equívocos y ya viejos “fantasmas” de la Inquisición y de “la leyenda negra” y que superemos el estigma de la decadencia estructural de los siglos XVII y XVIII.

El pensamiento de Julián Marías no ha perdido perennidad ni vigencia, sino que por el contrario sus agudas e incisivas reflexiones recobran, hoy más que ayer, su actualidad y se nos ofrecen como punto de partida hacia un futuro que, no sin esfuerzo, hemos de construir entre todos nosotros.

Así, en el marco de la conmemoración del centenario del nacimiento de este filósofo vallisoletano de nacimiento aunque madrileño de corazón –tal y como él mismo se confesaba–, el Centro de Santander de la Asociación Católica de Propagandistas, fundada por nuestro paisano el siervo de Dios Ángel Herrera Oria ha invitado al Dr. José Peña González para que pueda regalarnos sus siempre brillantes reflexiones que hemos sintetizado bajo el título “España en la vida y obra de Julián Marías”.

Sin detallar sus múltiples méritos señalemos que el Profesor José Peña es licenciado y doctor en Derecho, en Ciencias Políticas, en Historia y en Ciencias de la Información. Como singularidad decir que estos 4 doctorados fueron obtenidos con la calificación: sobresaliente cum laude. Posee una dilatada trayectoria académica, con más de 40 años de experiencia docente, como catedrático, ya emérito, de Derecho Constitucional de la Universidad San Pablo CEU, en donde ha desempeñado altas responsabilidades académicas, la última de ellas como director de su Instituto de Humanidades Ángel Ayala CEU. Pertenece a diversos organismos académicos como la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y la Real Academia de la Historia. Ha escrito más de 28 monografías y más 150 artículos en obras colectivas sobre sus líneas principales de investigación. En este punto no puede pasar inadvertida su obra “Julián Marías y su visión de España” (2006). Son numerosas sus colaboraciones en prensa, radio y televisión; más de mil artículos en medios digitales, como: La Opinión Digital sobre sobre arte (incluido el noble arte del toreo), crítica de libros y la realidad sociopolítica del momento).

El doctor Peña, nos honra de nuevo con su generosidad aceptando la invitación del Centro de Santander de la ACdP, el cual queda a su más entera disposición en nuestra sede: la parroquia del Santísimo Cristo, nuestra web: www.acdp.es/santander, o en santander@acdp.es.

“España en la vida y obra de Julián Marías”. Profesor, suya es la palabra. Muchas gracias".
A continuación, el ponente comenzó su intervención caracterizando a Julián Marías como uno de los sostenes más sólidos y más brillantes de la intelectualidad española contemporánea, especialmente por su coherencia personal, en su pensamiento y en su obra; un “castellano leal”; un “filósofo” de vocación con una circunstancia: España.
Marías señalará que el concepto de patria es tan profundo que está sobre nosotros y que no se encuentra “en la suela de los zapatos”. Criticará la “España peregrina” porque él entiende que en los momentos de dificultad hay que permanecer en el sitio, y mantenerse para intentar lograr resolver cuanto antes esos problemas (él lo vivió en primera persona ya que sufrió la Guerra Civil en Madrid). Nuestra tarea –afirmará el filósofo– reside en procurar conservar por todos los medios a nuestro alcance un mínimo grado que asegure la convivencia y habitabilidad de los españoles.
Ésta es la cuestión analizada como “el problema de España”, que consiste en la dramática inhabilidad que tenemos los españoles en los momentos clave para estar medianamente a gusto con nosotros mismos, con nuestros semejantes y con las instituciones que tenemos. Sobre esta cuestión han teorizado las mentes más brillantes de nuestra intelectualidad española desde finales del siglo XIX. Este discípulo de Ortega y Gasset ofrece su solución a este “problema de España” cuando sostiene que la convivencia pasa por una institución política que sumase la serenidad, la gravedad y el unitarismo castellano (heredado de los reinos visigóticos) con el seny, el federalismo catalán-aragonés en una forma de simbiosis que permitiera la integración de ambas realidades distintas en una unidad política superior.
El intelectual –sostendrá Marías– se caracteriza por ser un hombre está permanentemente ha de estar en su patria. Don Julián recibió varias ofertas para marchar a universidades de los EE. UU de América, ya que no “pudo” incorporarse a la Universidad Española. Ante tales invitaciones contestaba: “Prefiero rabiar en mi patria que estar a gusto en los Estados Unidos porque creo que el papel del intelectual es ésta, la de estar aquí, en España”. El intelectual también se distingue por el hecho de que “se le cayera la lengua a golpe de hablar” porque los hombres se entienden hablando; lo que le llevó a acuñar una máxima que marcó mucho su existencia: “Por mí que no quede”. Marías –afirmaba– que estaba dispuesto a hacer lo que hiciera falta para que los españoles jamás volviéramos a una trinchera para debatir qué somos o qué dejamos de ser.
Julián Marías se confesará católico aunque muy respetuoso con otras creencias religiosas. Marías es consciente de que el ser de lo “católico” ha impregnado de siempre el ser de la patria y de la cultura española. En este punto, conviene apuntar que su altura intelectual es comparada a nivel europeo por su catolicismo con el filósofo Romano Guardini y por su liberalismo con Jean-François Revel.
¡Espero tus comentarios!
En Santander, a 12 de noviembre de 2014.

sábado, 26 de julio de 2014

Ángel Herrera Oria y la Generación de 1914. Curso de Verano ACdP en Santander 2014

Los pasados días 23, 24 y 25 de julio de 2014 se celebró el curso de verano de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), que tradicionalmente tiene lugar en el seminario diocesano de Monte Corbán de la ciudad de Santander. Este año se dedicó a conmemorar el centenario de la Generación de 1914, a la que perteneció el siervo de Dios Ángel Herrera Oria, a la sazón primer presidente de la ya centenaria ACdP. Puedes pinchar aquí para ver la crónica y las fotografías de este interesante curso. Destaquemos algunos de sus actos en los que tuve el honor de participar.
El miércoles día 23 intervine en la inauguración con estas palabras de bienvenida a los asistentes venidos de toda nuestra geografía española:

"Sr. Presidente de la ACdP, D. Carlos Romero Caramelo, distinguidas autoridades civiles, académicas y militares, señoras, señores, amigos todos.
La profunda inestabilidad socio-política por la que atravesaba España en la primera década del s. XX fue causa suficiente para que un grupo de pensadores y artistas enarbolasen la nada fácil empresa de superar los anquilosados conceptos socio-políticos del s. XIX, que aún pervivían en las estructuras gubernativas de nuestro país.
Estos intelectuales, englobados en la denominada “Generación de 1914”, se marcaron como objetivo reverdecer el sentimiento patrio del pueblo español con una nueva pedagogía política, que permitiera fortalecer su tejido social e institucional.
Al cumplirse el centenario de esta Generación volvemos la mirada hacia uno de sus miembros, nuestro paisano y a la sazón fundador y primer presidente de la ACdP, el santanderino Ángel Herrera Oria, actualmente camino de los altares.
Don Ángel impulsó, como saben, múltiples obras sociales de carácter educativo, político, sindical e incluso periodístico; participó del sentir de su época y de sus coetáneos; y se implicó con ellos en la tarea de renovar la caduca situación socio-política de la España de principios del pasado siglo.
La compresión de su pensamiento y de sus obras pasa por tener presente que toda su actividad personal estuvo alentada por la fuerza del mensaje evangélico, por la fidelidad al magisterio pontificio y por la puesta en práctica de la doctrina social de la Iglesia, pilares que le singularizan como miembro de la Generación del 14.
Sin duda, estos próximos días, y en este inigualable marco del seminario de Monte Corbán, serán momento propicio para considerar éstas, y otras muchas más cuestiones, en torno a la siempre estimulante e ingente figura del siervo de Dios, Ángel Herrera Oria.
Finalmente, quiero dirigirles en nombre del Centro de Santander de la ACdP mi más cordial bienvenida, con el deseo de que este curso de verano les sea al menos tan provechoso como el cuidado y mimo que le hemos procurado en coordinación con el doctor Sánchez de Movellán. Así pues, quedo a su entera disposición. Muchas gracias".
Inauguración del curso de verano de la ACdP 2014 en Santander junto a D. Carlos Romero, Sr. Presidente de la ACdP y Dña. Virginia Lavín, concejal del Excmo. Ayto. de Santander.


Al día siguiente, jueves día 24 los participantes en el curso nos desplazamos a la villa marinera de Santoña en donde continuamos con nuestra actividad académica.
El primer hito en el que nos detuvimos estuvo en la emblemática fortificación santoñesa de San Martín, en donde el doctor Rafael Palacio, director de la Casa de Cultura, nos dirigió un completa y enjundiosa visita. Además, nos introdujo en la interesante exposición dedicada a la Guerra de la Independencia que actualmente se alberga en el fuerte, con ocasión del bicentenario del fin de este período bélico conmemorado este año 2014; singular momento en el que, precisamente, la villa de Santoña tuvo un singular protagonismo, ya que fue la última plaza del Cantábrico en donde el ejército francés capituló.
Momento de la visita al fuerte de San Martín de Santoña, en el que puede observarse la estructura exterior del mismo.
Tras esta visita nos dirigimos al Palacio de Manzanedo, actual sede del Excmo. Ayto. de Santoña. La alcaldesa de la villa marinera, doña Milagros Rozadilla, nos recibió entrañablemente destacando el alto nivel académico de los cursos de verano de la ACdP, y manifestándose de manera particular en esta charla con la que se escribía una de "las páginas de oro de la Cultura en Santoña", como así efectivamente considero.
Acto de bienvenida de la alcaldesa de Santoña, Dña. Milagros Rozadilla (en el centro) previa a la conferencia del Dr. Jerónimo de la Hoz (a la derecha) en el salón de actos del Ayuntamiento de la villa marinera.
Así, el salón de actos del Palacio de Manzanedo acogió la conferencia del Dr. Jerónimo de la Hoz dedicada a la figura del miembro de la Generación del 14 y primer bibliotecario de la Biblioteca Menéndez Pelayo de Santander, Miguel Artigas.  

Allí, en uno de los lugares más singulares de mi Santoña natal, disfruté del privilegio de poder presentar al ponente:


"Sra. Alcaldesa de Santoña, doña Milagros Rozadilla, distinguidas autoridades, señoras, señores, amigos todos.

Permítanme iniciar mi intervención dando públicamente las gracias en nombre de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) a nuestra alcaldesa, quien tan amablemente hoy nos preside, porque este acto no hubiera sido posible sin el apoyo que me brindó desde el primer momento. Asimismo, agradezco muy sinceramente al director de la Casa de Cultura, doctor Rafael Palacio, por sus continuos desvelos para que la organización de esta conferencia resultase perfecta.

En este año 2014 se cumple el centenario de la Generación de 1914, a la que perteneció nuestro paisano Ángel Herrera Oria, a la sazón fundador y primer presidente de la ya centenaria ACdP. Motivo por lo que celebramos este curso de verano dedicado a él y su Generación, en la cual se enmarca la conferencia que tengo el honor de presentarles esta tarde en este inigualable e histórico Palacio de Manzanedo de la villa marinera de Santoña.

Los intelectuales de la Generación de 1914 se fijaron el objetivo fortalecer el tejido social e institucional de una España que adolecía de una profunda inestabilidad socio-política durante aquella primera década del pasado siglo XX.

Otro miembro de la Generación del 14 vinculado a “La Montaña”, además de Ángel Herrera, es Miguel Artigas.
Primer director de la Biblioteca Menéndez Pelayo, y por tanto el primero que enarboló la titánica tarea de ordenar la ingente cantidad de los valiosos libros y manuscritos que Don Marcelino legó tras su muerte en 1912, y que hoy se conservan en el emblemático edificio diseñado por Rucabado en la calle Rubio de la capital cántabra. También Artigas supo aglutinar a un influyente grupo de intelectuales comprometidos con el estudio de la cultura hispana, colocando así a Santander y a Cantabria en el mapa de los “peregrinos” en busca de lo mejor de la cultura española.
Estos méritos y sus sólidos escritos trascendieron a nivel nacional e internacional, lo que le valieron la designación como director de la Biblioteca Nacional y más tarde como uno de los “inmortales” miembros de la Real Academia Española, al igual que el polígrafo santanderino Menéndez Pelayo.
Nadie mejor para exponernos la interesante figura de Miguel Artigas que el ponente que nos acompaña, el doctor Jerónimo José de la Hoz Regules, quien se incluye dentro de la más arraigada tradición de los científicos humanistas, porque además de su formación universitaria como biólogo que ejerce profesionalmente en la consejería de Medio Ambiente del Principado de Asturias, nuestro conferenciante también es licenciado en Historia y doctor en Historia Contemporánea. Pertenece a la Real Sociedad Menéndez Pelayo y al Centro de Estudios Montañeses, entidades académicas en donde ha desarrollado principalmente su actividad investigadora en los últimos años, habiendo realizado algunas biografías de personajes santanderinos de inicios del siglo XX, como el biólogo Juan Cuesta Urcelay, o los historiadores, además de sacerdotes, Jerónimo de la Hoz Teja y Sixto de Córdova y Oña. El último de sus trabajos rescata con brillo y acierto al personaje protagonista de hoy, Miguel Artigas. Don Jerónimo, suya es la palabra. Muchas gracias".
 
Una última actividad que quiero destacar, por su emotividad, es el acto de ofrenda floral que la ACdP realiza durante la Misa que se celebra en la parroquia de Santa Lucía de Santander, en donde Ángel Herrera Oria ejerció su ministerio sacerdotal, casi 30 años después de fundar como laico la ACdP.
Ofrenda floral ante la pila bautismal en donde fue bautizado el siervo de Dios Ángel Herrera Oria, junto con el consejero nacional Hipólito Velasco.
Finalizo con algunas de las conclusiones de los trabajos de este curso de verano, que podrían encontrar su síntesis en el capítulo -el sexto- que he dedicado recientemente a Ángel Herrera y su Generación en la obra La generación del 14. España ante su modernidad inacabada (Plaza y Valdés, 2016):

- Ángel Herrera como "indiscutible" miembro de la Generación de 1914 participó del mismo objetivo común que el resto de sus coetáneos, a saber: renovar la caduca situación institucional, política y social que adolecía España a principios del siglo pasado.
- La compresión del pensamiento de Ángel Herrera y de su obras, emprendidas a fin de la necesaria regeneración de la Sociedad, pasa por tener presente que toda su actividad personal estuvo alentada por la fuerza del mensaje evangélico, por la fidelidad al magisterio pontificio y por la doctrina social de la Iglesia, pilares que le singularizan como miembro de la Generación del 14.
- Ángel Herrera durante toda su vida se erigió en un activo defensor de la doctrina católica y de sus bondades manifestadas en la vida personal, familiar y social, como uno de los fundamentos históricos del ser del pueblo español, y desde esta convicción se involucró en la común tarea de la Generación del 14 de “modernizar” España, que aún sigue inacaba.
- Ángel Herrera tuvo claro del papel de la política como elemento revitalizador de la Sociedad española, aunque también concedió a otras vocaciones profesionales la fuerza moral suficiente para esta tarea común. Además, abogó por la erradicación de los vicios adquiridos del “estamento” político.

Como siempre, espero tus comentarios.
Particularmente, agradezco a D. José Manuel Mochales sus instantáneas.
En Santander, a 26 de julio de 2014.

lunes, 16 de junio de 2014

Recuerdo a propósito del centenario del Apostolado de la Oración

Este mes de junio tradicionalmente está dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. Así, para poner en valor la maravilla de su mensaje os rescato para perenne memoria una carta de 16 de junio de 1944, del Papa Pío XII a Norberto de Boynes S. I., vicario general de la Compañía de Jesús y director general del Apostolado de la Oración, con motivo del centenario de este movimiento apostólico que actualmente continua vivo. Espero que os pueda ser de interés. Las negritas son mías.
 
"Amado hijo: salud y bendición apostólica:
Al cumplirse el primer centenario desde que, no sin inspiración de la Divina Providencia, fue felizmente fundada la Pía Unión del Apostolado de la Oración, Nos, (...) te felicitamos paternalmente a ti, que diriges la benemérita asociación, y a cuantos, sobre todo de la Compañía de Jesús, se dedican a consolidarla y propagarla, deseamos que tan fausto acontecimiento no pase sin el debido elogio y sin exhortar a los fieles a tomar parte en él con piadosa y diligente voluntad.
 
El Apostolado de la Oración, medio eficacísimo para la salvación de las almas
Es fácil comprender lo estrechamente que está ligada con los progresos de la Iglesia y con el bien de las almas, ya que sin la oración colectiva, hecha como se debe, nos obtiene más fácilmente la divina clemencia y bondad, conforme a la promesa de Jesucristo: "Si dos de vosotros se unieren sobre la tierra para pedir algo, les será concedido por mi Padre, que está en los cielos", ¿cuánta mayor fuerza no tendrá ante el trono de Dios eterno la oración que elevan desde casi todos los rincones de la tierra no ya dos personas solamente, sino muchos millones de cristianos, especialmente unidos entre sí con lazos de caridad? Tanto más que en esta benemérita Unión, a las fervorosas plegarias de los socios se añaden actos de reparación, y a esta tarea de oración y reparación se aplican numerosos niños inocentes, quienes con el candor de sus almas, más fácilmente conmueven la divina misericordia, y se invoca a este fin la eficacísima intercesión de la Virgen Madre de Dios y se unen las plegarias y expiaciones colectivas a aquellas con las cuales el Sagrado Corazón de Jesús, al inmolarse en el augusto Sacramento del altar, ora al Eterno Padre por nosotros.
 
Naturaleza del Apostolado de la Oración
Porque este es el fin peculiar que se proponen los miembros de la Pía Unión: orar asiduamente por las necesidades de la Iglesia y procurar satisfacerlas con todas las fuerzas y mediante la oferta diaria a Dios de las oraciones, acciones y sufrimientos, transformar toda la vida propia en un continuo acto de impetración y reparación. Hay más: al presentar al Padre de las misericordias, por medio del Corazón Inmaculado de María, esta oferta, avalorada infinitamente por las plegarias del Divino Corazón de Jesús, a las cuales se une, cooperan no pocos, según su fuerza, a establecer y difundir cada vez más el reinado de Dios. Así pues, toda vez que el Apostolado de la Oración no tiende sólo a esta o aquella ventaja de la Iglesia, sino a procurar con todas las fuerzas la gloria de Dios y la salvación de las almas y toda vez que mantiene como lema aquellas palabras del Padrenuestro "Adveniat regnum tuum" ["Venga a nosotros tu reino"], se diferencia en esto clara y abiertamente de todos los otros piadosos sodalicios que engalanan a la fecunda Esposa de Jesucristo. Y para que este innumerable ejército de orantes no disperse fuerzas y sus armas sobrenaturales, sino que las concentre en un solo objetivo, cada mes se propone a todos los socios una doble intención, conocida, aprobada y enriquecida con celestiales bendiciones por el Romano Pontífice. A saber: una intención general y otra particular por la prosperidad y desarrollo de las misiones.
 
El Apostolado de la Oración acarrea copiosos frutos a los mismos socios
Pero no hay que pensar que esta laudable institución ponga su mira sólo en el bien de la Iglesia en general, ya que, como afirma nuestro predecesor, de santa memoria, Pío XI, desde el principio acarreó continuos y nutridos frutos de bien espiritual, también para cada uno de los agregados:
 
A) PROMUEVEN ELLOS LA PRÁCTICA DE LA ORACIÓN
Porque ella, según el dicho de "hay que orar siempre sin desfallecer nunca", estimula y mueve a todos los socios al uso de la oración.
 
B) FAVORECEN ELLOS EL ESPÍRITU SOBRENATURAL
Y mientras en nuestros días el falaz sistema llamado naturalismo intenta penetrar en todas partes y, bajo la forma llamada "herejía de la acción", procura insinuarse en los mismos métodos de vida espiritual y actividad apostólica, esta vuestra institución, con suma oportunidad y utilidad, recuerda a los cristianos aquel principio doctrinal que nos enseña como nada es el que planta y el que riega, sino sólo Dios da el crecimiento.
 
C) LOS INDUCE AL EJERCICIO DE UNA SÓLIDA PIEDAD
Además, esta vuestra Pía Unión instruye y dirige a sus miembros conforme a una piedad sólida y cálida, porque les aconseja a elevar y dirigir a Dios con rectitud de intención todas sus cosas, práctica que todos los grandes maestros de la vida espiritual la tienen por excelente y por uno de los principales medios de perfección espiritual. Asimismo, exhorta a todos a evitar las formas de piedad menos seguras y a promover, en cambio, el culto al Sagrado Corazón de Jesús, en el cual se contiene la esencia de toda la religión, y, por lo mismo, de la vida y la perfección. Inculca además, la veneración del augusto Sacramento de la Eucaristía, que debe considerarse como el centro sobre el que estriba toda vida cristiana, y la honra y el amor ferviente a la Virgen Madre de Dios y a su Corazón Inmaculado, que es base de insigne devoción. Ni falta en el Apostolado de la Oración un amor intenso al Romano Pontífice (...).
 
D) ES UNA AYUDA DEL APOSTOLADO DE LA ACCIÓN
De cuanto hasta ahora hemos dicho se puede fácilmente colegir, amado hijo, qué ventaja es esta Pía Unión, para dar incremento y hacer cada vez más gozosas la Acción Católica y las demás asociaciones que colaboran en el apostolado de la Iglesia. Porque es cierto que sin la ayuda de Dios, como se nos ha enseñado con fervorosas e incesantes plegarias, es vano se afanen los hombres. Pero, además, hay que reconocer que esta vuestra Pía Unión alimenta y desarrolla la vida interior, que nos mantiene continuamente unidos a Dios y que es el principio sobrenatural de todo apostolado verdadero y eficaz. (...).
 
E) FOMENTA LA UNIÓN DE LOS CORAZONES
Sobre todos en estos tiempos en que los pueblos, divididos por el odio y el antagonismo, se combaten tan encarnizadamente [en 1944 continuaba desarrollándose la IIª Guerra Mundial], el Apostolado de la Oración descuella por su oportunidad singularísima, y tiene una eficacia especial para conseguir y fomentar la unión de los ánimos; fomenta y procura, asimismo, la salvación de las almas; atrae eficazmente los corazones de sus socios, cualquiera que sea la nación, la raza y la lengua a que pertenezcan, a llevar a cabo, por medio de la misma oración común a todos, el mismo fin apostólico. (...). Pero esta fraterna unión de espíritus que une entre sí a sus socios halla su cumplimiento en Aquel que es Rey y centro de todos los corazones, en el Sagrado Corazón de Jesús, del cual ellos toman vida y brío para el apostolado, (...).
 
Gozo del Papa por la difusión del Apostolado de la Oración
Siendo tan abundantes los saludables frutos que el Apostolado de la Oración ha dado (...) no debe extrañar que nuestros predecesores lo hayan honrado con altos elogios. Y Nos mismo, (...), siempre que se nos presentó ocasión, manifestamos (...) nuestra benevolencia, no hace mucho en la encíclica "Mystici Corporis Christi" [n. 50, 29/6/1943], quisimos recomendarle encarecidamente como gratísimo aliado. (...).
 
Exhortación final
Seguid, pues, amados hijos que pertenecéis a esta Pía Unión, progresando día por día por un camino emprendido con tan buenos auspicios: continuad procediendo según vuestras fuerzas y propagando en todo lugar esa institución (...). Seguir usando con viva e intensa diligencia todos los medios que sirven para acrecentar y dilatar el reinado del Sagrado Corazón de Jesús. (...)".
 
Tomado del Boletín Oficial Eclesiástico del Obispado de Santander, Año LXX nº 10 (19/10/1944), 191-198.
 
En Santander, 70 años después, 16 de junio de 2014.

lunes, 26 de mayo de 2014

Homenaje a Marcelino Menéndez Pelayo

Esta mañana he podido participar en el acto de homenaje a Marcelino Menéndez Pelayo que anualmente celebra la Real Sociedad Menéndez Pelayo ante la singular talla del polígrafo, que se erige en el patio de entrada al edificio que alberga su espectacular biblioteca ubicada en la calle Rubio 6 de Santander.
 
El presidente honorario de la Real Sociedad y cronista oficial de la ciudad de Santander, D. Benito Madariaga de la Campa, nos dirigió una sentida reflexión sobre la importancia de continuar estudiando y divulgando la ingente obra de Don Marcelino.
 
Así, te animo a zambullirte en su pensamiento por medio de la lectura de sus obras. Pincha y te llevará a ellas. Ya no tienes excusa para no "perderte" un largo ratuco por sus reflexiones y análisis. Espero tus comentarios.
 
Santander, a 26 de mayo de 2014
 
 

viernes, 16 de mayo de 2014

Bicentenario del fin de la Guerra de la Independencia en Cantabria

La rica Historia de España está jalonada de importantes acontecimientos dignos de mantenerse perennes en nuestra memoria. El presente año 2014 conmemora uno de ellos: el bicentenario del fin de la Guerra de la Independencia. Este conflicto bélico presenció cómo las Cortes de Cádiz configuraron la Constitución de 1812, primer antecedente de nuestro vigente sistema sociopolítico, y provocó que patrióticamente el pueblo español se reafirmara frente al invasor francés como una nación libre, con unos principios e ideales propios que hoy no deberíamos olvidar. Recorramos brevemente algunos de esos sucesos acaecidos en Cantabria, que en este aniversario rememora singularmente la capitulación de Santoña, el último puerto del mar Cantábrico ocupado por los franceses.
La derrota francesa del 22 de julio de 1812 en Los Arapiles decantó la iniciativa de la Guerra a favor de los intereses españoles, obligando a los generales franceses a reagrupar sus ejércitos en lugares estratégicos puntuales. Así, sus efectivos militares desocuparon todas las jurisdicciones montañesas salvo Santoña, donde acabaron acantonándose desde principios de agosto de 1812. Los mandos militares españoles no tardaron en decidir el bloqueo y sitio a la villa marinera, además de los fuertes periféricos del Gromo, del Brusco y los ubicados en Laredo defendidos por las tropas napoleónicas comandandas por el general de brigada conde de Lammeth.
A principios de febrero de 1814 los regimientos voluntarios de León, Toledo, tiradores de Bureba, 2º y 3º tiradores de Cantabria y 2º y 3º de Vizcaya llegaron a los alrededores de Santoña, colocándose a las órdenes del brigadier Diego del Barco, comandante del Bloqueo y Sitio de Santoña. El brigadier encargó al regimiento Monterrey la toma del fuerte del Arenal del Salvé de Laredo (actual Puntal), fuertemente fortificado con fosos, contrafosos, dos cañones de a 24, un obús y defendido por 200 hombres de infantería y 20 artilleros, por lo que su conquista no era empresa sencilla, aunque finalmente se alcanzó el 13 de febrero. El fuerte que defendía la villa de Laredo (actual Rastrillar) capituló el día 24 al coronel Juan José San Llorente, segundo comandante del Bloqueo y Sitio. Por otra parte, los regimientos 2º y 3º de tiradores de Cantabria y 2º y 3º de Vizcaya iniciaron el 22 de febrero el asedio de la única entrada por tierra de Santoña protegida por los fuertes del Brusco y del Gromo, siendo conquistados el 25 y el 26 de febrero, respectivamente. En la ocupación de ambas fortificaciones se capturaron 470 prisioneros, 29 cañones y víveres para un año. De esa manera, la plaza santoñesa se quedaba aislada. Al brigadier Del Barco en uno de los intentos de asalto a los fuertes un casco de granada le hirió gravemente en el muslo izquierdo, provocándole la muerte en Colindres el día 26, dejando testado el que se le enterrara en el templo de Santa María de Laredo, donde actualmente descansa su cuerpo. Las tropas españolas quedaron al mando del coronel San Llorente.
A pesar de estar acorralado y tener todas las de perder, el conde de Lammeth no cedería Santoña tan fácilmente, ya que disponía de una sólida fortificación guarnecida por 1.800 soldados aproximadamente, una excelente artillería con más de 100 piezas de los mayores calibres y víveres para varios meses. De manera que a principios de marzo de 1814, el ejército borbónico se incrementó hasta alcanzar los 7.000 efectivos para tratar de tomar por asalto este “Gibraltar del Norte”, tal y como lo identificó el mismo emperador Napoleón. Sin embargo, apenas se resistió un mes, ya que el 21 de marzo la plaza en poder francés capituló. Lammeth y San Llorente redactaron las condiciones para la entrega efectiva de Santoña al ejército español, acordándose un armisticio de no beligerancia entre las tropas de ambas naciones hasta la ratificación de esas condiciones por parte de sus superiores militares: el duque de Dalmacia, por la parte francesa, y el duque de Ciudad Rodrigo, por la parte española, pero éste rechazó las cláusulas de la rendición, reanudándose las hostilidades el 9 de abril.
Finalmente, los duques de Dalmacia y de Ciudad Rodrigo acordaron un tratado de paz a finales de abril de 1814, acabando así con la contienda entre Francia y España. Las tropas francesas abandonaron la plaza santoñesa el 16 de mayo en los términos más generosos, ya que se les permitió zarpar con rumbo al puerto francés de Rochefort, asumiendo el gobierno militar de la plaza el coronel Lorenzo Herrero del regimiento 3º de cazadores de Cantabria. Ese mismo día, en Santander el gobernador militar Vicente de Quesada informaba al ayuntamiento de la ciudad de un Real Decreto del rey Fernando VII, fechado en Valencia el 4 de mayo, por el que no juraba la Constitución promulgada en Cádiz el 19 de marzo de 1812, declarándola nula al igual que todas las disposiciones de las Cortes Generales, retornándose así a una monarquía absolutista propia del Antiguo Régimen.
La victoria en esta Guerra enseña, al menos, que el pueblo español posee un apasionado carácter luchador que no se rinde nunca aunque la adversidad sea grande, al menos tanta como la ambición del emperador Napoleón. Sirva este breve episodio de nuestra Historia para reivindicar que su desconocimiento genera personas desarraigadas y sin alicientes por construir una Sociedad en torno a un sentimiento común. Los españoles al mirar hacia atrás, con orgullo, actualizamos cómo se ha ido fraguando nuestra característica manera de ser, aunque también ‒como advierte nuestro paisano Menéndez Pelayo‒ hemos de reconocer con humildad aquellos errores cometidos para evitar repetirlos en el presente.


En Santoña, 16 de mayo de 2014, 200 años después...


Alfredo Alonso es autor de Acciones militares y gestiones de Guerra. Cantabria (1808-1814) editado por CEU Ediciones.

domingo, 11 de mayo de 2014

La guerra justa


El portavoz de la Santa Sede, a principios del pasado mes de abril, hizo pública la impactante noticia sobre el cruel asesinato a sangre fría del sacerdote jesuita holandés, Frans Van der Lugt, en la ciudad de Homs (Siria). Le ofrecieron abandonar la ciudad a causa del hambre y de los frecuentes bombardeos militares en razón de la situación de guerra civil en la que continua este país desde hace tres años, pero decidió permanecer junto al pueblo sirio, a quien le dedicó su vida y sus atenciones espirituales desde 1966, a pesar de la delicada situación bélica que finalmente le condujo al martirio, ofreciéndonos testimonio de amor cristiano, a saber, aquel que da su vida hasta el final.
El Papa Francisco ‒aludiendo a este hecho‒ exhortó: “Ruego que se silencien las armas, que se ponga fin a la violencia. No más guerra, no más destrucción. (…). Su brutal asesinato me ha llenado de profundo dolor y he vuelto a recordar a toda la gente que sufre y muere en ese atormentado país, presa de un conflicto sangriento (…) que sigue cosechando muerte y destrucción”. E invitando a orar por la paz concluyó: “Hay que respetar los derechos humanos, atender a la población que necesita ayuda humanitaria y llegar a la deseada paz a través del diálogo y la reconciliación”. El eco de estas palabras del Santo Padre al resonar en nuestros corazones provoca que nuestro entendimiento se cuestione sobre la sinrazón de la guerra. ¿Tiene algún sentido? ¿Puede existir alguna guerra justa? ¿Resultaría lícita? ¿En qué condiciones? ¿Los gobernantes están legitimados para declararla aunque se atentara contra la dignidad humana? ¿No somos capaces de encontrar otro recurso que la evite?
Las consideraciones sobre el binomio guerra-justicia podrían remontarse al comienzo de la humanidad. Sin embargo, una reflexión seria sobre la “guerra justa” como concepto comenzó a desarrollarse sistemáticamente por algunos filósofos de la emblemática Escuela de Salamanca durante los siglos XVI y XVII, quienes bebieron generosamente de la sabiduría del pensamiento católico medieval representada en síntesis por Tomás de Aquino. Así, Francisco de Vitoria, Domingo de Soto, Luis de Molina, Diego de Covarrubias y Francisco Suárez aportaron enseñanzas fundamentales que conforman la vigente versión secular del ius bellum, como una parte importante de nuestro Derecho Internacional aplicado en las directivas de Naciones Unidas a las que teóricamente están sometidas todos los países, y que regulan la legalidad del recurso a la guerra de acuerdo con los criterios: causa justa, autoridad legítima, recta intención, razonable esperanza de éxito, proporcionalidad y último recurso. El Magisterio pontificio también ha tratado el drama de la guerra ‒fracaso de todo auténtico humanismo‒, y sostiene la paz como su única solución, la cual representa la plenitud de la vida. La encíclica Pacem in Terris (1963) del pontífice san Juan XXIII resulta paradigmática.
La teoría sobre “la guerra justa” afirma, en síntesis, que la guerra es moralmente rechazable como un medio legítimo para resolver conflictos ordinarios, sin embargo puede tolerarse como último recurso para defenderse de una agresión injusta (paralelo social del derecho individual a la legítima defensa). Una guerra justa requiere previamente que su causa también lo sea, y sólo lo es cuando se erige en respuesta de una guerra ofensiva (paralelo social de la legítima defensa personal). La autoridad legítima en una guerra defensiva ha de velar por los bienes que le son propios a la humanidad (verdad, justicia, libertad) y evitar que la población civil se vea afectada por sus nefastas consecuencias, preservando, así, el bien de la paz.

En Santander y mayo de 2014.

Publicado en Boletín de la ACdP 1.774 Año XC (mayo 2014).