Lunes, 30 de junio de 1947. Las calles de Santander se
engalanan. La céntrica Parroquia de Santa Lucía acoge una ceremonia litúrgica
inédita en la ciudad: la consagración de un obispo. Además, la celebración
posee la gozosa singularidad de que el ordenando es un santanderino muy querido
tanto en la ciudad como fuera de ella, y además coadjutor en esa misma
Parroquia: Ángel Herrera Oria (Santander, 1886 – Madrid, 1968), a quien el 3 de
mayo el papa Pío XII ha preconizado para ocupar la sede de Málaga.
Esta solemne celebración la preside el nuncio apostólico
en España, monseñor Gaetano Cicognani, acompañado de monseñor José Eguino y
Trecu ‒obispo de Santander‒ y de monseñor Juan Hervás Benet ‒ obispo coadjutor
de Palma de Mallorca‒. Asimismo, asisten en calidad de padrinos el Excmo.
Ayuntamiento de Santander y la Excma. Diputación Provincial de Santander, participando
como su representante la doña Lucía Fernández de Herrera.
José María Eguaras Iriarte ‒alumno de la Escuela Social Sacerdotal
de Maliaño (creada por Herrera y ubicada en el actual barrio Pesquero de
Santander), y a la postre su secretario particular en Málaga‒ relata algunos
sucesos de aquel día: “Puedo testificarlo porque iba detrás del obispo y sentí
el escalofrío de emoción ante el grandioso espectáculo de un pueblo aplaudiendo
con lágrimas en los ojos”. Efectivamente, la población de Santander ‒dice‒ asiste
en masa a la ordenación episcopal de este hijo de la ciudad, abarrotando
completamente el templo. Finalizada la ceremonia, Ángel Herrera se encuentra
con una multitud de personas congregadas en la actual plaza de Cañadío y calle
Daoiz y Velarde, que manifestando su alegría le aplauden y aclaman como nuevo
titular de la diócesis malagueña. El flamante obispo corresponde al afecto
recibido bendiciéndoles durante el besamanos, que dura varias horas.
Nuestro paisano permanece todo el verano en “su tierruca”,
residiendo en la casa familiar de la calle Hernán Cortés. El 29 de septiembre
marcha para encaminarse hacia la andaluza ciudad de Málaga, tomando posesión de
la diócesis el 12 de octubre. Antes de irse, Ángel Herrera deja dispuesta la
donación al obispado de un terreno heredado en la calle Vargas de Santander, en
donde años después ‒gracias al decisivo impulso del sacerdote José María Torre‒
se edifica una nueva Parroquia dedicada a la Patrona de nuestra diócesis: La
Bien Aparecida, que recientemente ha celebrado su cincuenta aniversario
(1966-2016).
Sirva este breve recuerdo, a los setenta años de este
acontecimiento, para refrescar la rica biografía de Herrera Oria, quien sin
duda merece seguir conservando hoy su atractivo para el hombre contemporáneo.
¡Evitemos fatales retrocesos sociales y culturales manteniendo perenne memoria de
aquellos que, cómo Herrera Oria, participaron decisivamente en la construcción
de la España actual!
La vida de don Ángel se encuentra jalonada por muy
distintas etapas: todas ellas vividas con enorme intensidad, obteniendo
múltiples frutos en beneficio de la sociedad y sin necesidad de abandonar el
criterio que proporcionan las enseñanzas evangélicas y la doctrina social de la
Iglesia.
Ángel Herrera durante su período como laico ‒tras aprobar
la oposición de abogado del Estado‒ lidera múltiples obras sociales, en el primer
tercio del siglo XX: primer presidente de la Asociación Católica de Propagandistas(ACdP); dirige durante veintidós años del periódico más influyente de esta
época: El Debate; funda La Editorial
Católica, la primera escuela de Periodismo de España, el Centro de EstudiosUniversitarios (CEU) y el Instituto Social Obrero; impulsa los sindicatos agrarios
y el partido político “Acción Nacional” (luego “Acción Popular”, germen de la
“CEDA”); promueve la Universidad Católica de Verano en el Colegio Cantábrico de
Santander.
Herrera decide abandonar la vida pública civil para abrazar
la vida sacerdotal. Ordenado presbítero en Friburgo (Suiza) en 1940, vuelve a
su ciudad natal para desarrollar las primicias de su sacerdocio. Aquí ‒además
de sus obligaciones pastores, que realiza ejemplarmente‒ funda la Escuela Obrera
de Aprendices y la Escuela Social Sacerdotal, impulsa la construcción de las viviendas
sociales del actual Barrio Pesquero, ejerce como capellán en la cárcel, interviene
en la creación de la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC) y de la Universidad
Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). Ya como obispo de Málaga destaca su firme
combate contra el analfabetismo: singular ejemplo es su decisiva participación
en la construcción de más de 200 escuelas-capillas por toda la diócesis; asimismo
funda en Madrid el Instituto Social León XIII y el Colegio Mayor Pío XII. El
papa Pablo VI, reconociendo su generosa entrega y servicio en pro del Bien
Común, le crea cardenal de la Iglesia en 1965.
Ángel Herrera Oria es Hijo Predilecto de Santander (1965) y de
Cantabria (2004), y su causa de canonización actualmente está estudiándose en
Roma.
En Santander, a 30 de junio de 2017, 70 años después.